Hifu

Emite calor, a través de unos cabezales con distintas densidades, para poder abarcar todas las capas de la piel, desde la capa más profunda a la más superficial.

Estos cabezales, tiene una línea a través de la cual emiten calor, a unos 70 grados aprox, que va a producir unas icroheridas internas, microscópicas e inapreciables desde el exterior, para que nuestro organismo reaccione y realice la función de cicatrización, produciendo colágeno en grandes cantidades.

Este proceso automáticamente se traduce en un efecto tensor y reafirmante de manera “natural” y equiparable, dependiendo en qué personas, a un efecto lifting ( sin cirugía).

A todo el mundo. La diferencia radica en la edad de la persona y su estado de salud general.

No es lo mismo hacerlo a una persona de 40 años que a una de 70, puesto que la de 70 tendrá menos capacidad de producir ese colágeno, como tampoco es lo mismo hacerlo a una persona de 45 años sana en comparación con una de la misma edad con problemas autoinmunes, reumáticos o problemas hormonales.

Para esto es imprescindible hacer una valoración del estado de la persona, analizando, de forma honesta, la eficacia que pueda llegar a tener en su caso.

En general recomendamos hacer una sola al año, puesto que las microheridas que se forman necesitan un tiempo largo de cicatrización, pero si puede combinarse con otros métodos para reafirmar la piel y estimular el colágeno, como es INDIBA.

Estos tratamientos combinados van a hacer, por un lado, que exista una estimulación inical con HIFU, para posteriormente seguir con la “señal” al organismo de seguir produciendo el colágeno. Solemos recomendar esto a personas mayores de 50 años, para frenar el envejecimiento.